sexta-feira, 31 de outubro de 2008

Uma Criança Arde nos Campos de Ñu Guassu

Há uma criança
carbonizada;

o fogo evaporou
a lágrima.

Ela tem não só o
sangue guaraní;

é negra, polaca,
jogada por aí.

Quem verá o vento balançar a macega?
Ou crispar desconexa língua de fogo?

Vulto amontoado,
pequeno;

lentamente
alimentado com veneno,

[serve]

a generais covardes,
inatingíveis

e seus heteromorfos
dirigíveis

Quem verá o vento balançar a macega?
Ou crispar desconexa língua de fogo?

Em estreitas veias da urbe
a banhar-se em chorume,

o cadáver carbonizado
sob cobertor acinzentado.

Era aqui, era lá?
A República do Guairá?

Quem verá o vento balançar a macega?
Ou crispar desconexa língua de fogo?


Ricardo Pozzo

11 comentários:

Anônimo disse...

nas calçadas, o pranto escorre pelos bueiros abertos.

Heyk disse...

Eu reclamo um pocuo dos refrões. Esse refrão é bom. Vem em forma de prece me pareceu. Isso me interessa por conta de um teor teatral que ganha, ritualístico.

E aí a coisa que me incodomou é especificamente particular: as rimas de verso a e verso b, as rimas acontecendo também em som igual mesmo:

ex.:

"o cadáver carbonizado
sob cobertor acinzentado.

Era aqui, era lá?
A República do Guairá?"

Entende? No mais e como um todo, o poema é muito interessante. Tem figuras poéticas em grande estilo. A coisa das crianças, dos generais, a coisa das veias e chorume. (òtimo pensar que as veias dos nossos tempos, tirando os locais gangrenados, são o esgoto.

ótimo.

Abração Ricardo.

Anônimo disse...

É quase um rap, não te parece Heik?

Vou pedir pro Galetto fazer um hip-hop fandango!!! rsrs

Abraços e valeu o comentário!

RP

Sabrina disse...

poderia fazer também uma epopéia sem grandes homens (ou intuo que já). esse tb é sobre a guerra?

Pó & Teias disse...

http://www.agendadereflexion.com.ar/2007/08/378_los_chicos_de_la_guerra.html

Pó & Teias disse...

El viento que cruzaba entonces el Cerro Gloria jugaba con el pelo de los niños, sucio de sangre y de tierra, cuerpos esparcidos por la pradera, desgarrados por el fuego de las balas y las cargas de soldados profesionales y mercenarios bien entrenados bajo la bandera de la Alianza. Los derrotados en la batalla de Acosta Ñú ese 16 de agosto de 1869 eran chicos, pibes paraguayos de entre nueve y quince años de edad, y sobre ellos el viento del cerro pasaba rasante, silencioso. A lo lejos, soldados brasileños comenzaban a cumplir las últimas órdenes del Conde D’Eu y azuzaban el fuego entre las matas para no dejar rastros de la masacre, para evitar cargar con los heridos, para apagar definitivamente la luz de un genocidio inédito en la historia de América del Sur. Y ese fuego escondió la sangre para siempre.

La batalla de Acosta Ñú, donde fueron asesinados cerca de tres mil quinientos niños paraguayos, no sólo representó el símbolo máximo de un genocidio que devastó a un floreciente país sudamericano, sino que continúa siendo hoy uno de los hechos más vergonzosos en la historia de los países responsables y cómplices de la guerra de la Triple Alianza, Argentina entre ellos. Una historia que suele omitirse en los manuales escolares que leen los niños de esos mismos países

Pó & Teias disse...

Por eso la mañana del 16 de agosto el mariscal Francisco Solano López ordenó organizar una resistencia en Acosta Ñú para permitir su retirada hacia Cerro Corá, cuando las derrotas paraguayas se sucedían una tras otra. El general Bernardino Caballero fue el encargado de armar y vestir a un batallón de tres mil quinientos niños y apostarlos, junto con quinientos veteranos, en el paraje de Ñú Guassú, frente a un ejército brasileño de veinte mil hombres, alineados con mercenarios provenientes del Uruguay. Pese a las cargas reiteradas de los brasileños desde los cuatro flancos y a la debilidad lógica de la heroica resistencia paraguaya, la batalla de Acosta Ñú demoró toda una tarde en resolverse. Allí fue cuando las madres de los niños comenzaron a bajar del monte para sumarse a la batalla con las armas de sus hijos caídos. Con los últimos vestigios de sol, el Conde D’Eu no titubeó al ordenar el incendio de la pradera, con heridos y prisioneros incluidos, antes de continuar la marcha

Anônimo disse...

El tan comercial entre nosotros Día del Niño se conmemora con desfiles y homenajes en Paraguay el 16 de agosto, en recuerdo de los tres mil quinientos niños exterminados en la batalla de Acosta Ñú librada en 1869. Los chicos masacrados llevaban las caras pintadas con barbas y bigotes, las cabezas cubiertas con quepis militares y sus manos con palos y maderas simulando fusiles.

Anônimo disse...

Amo dentre todos os homens o poeta.

Amo você poeta intelectual, que cria imagens vitais, belas, variadas e úteis, do pó e do éter das fantasias.
Amo suas poesias poeta,inteiramente;seus versos impregnados com os elementos da terra.Seu rosto que reflete rasgos de fortaleza e de paciencia.Amo o seu doce sorriso e olhar de liberdade e independencia de seus olhos.Sua fonte radiante com o metal do esforço.
Amo voce poeta,porque vela nossos dias e nossas noites,e o amo,porque nos consegue o aliemento,tendo de privar-se dele;amo-o porque fia e tece para nos cobrirmos das nossas indumentarias desprovidas do sopro divino.
Amo voce poeta porque, por sua MODESTIA se cre o lacaio,sendo voce o verdadeiro amo.O amo porque,por seu recato,supoe-se um ramo sendo voce a autentica RAIZ.Amo-o porque,por pudor, agraceçe os elogios,antes que eu possa exprimir o meu AGRADECIMENTO a voce.
E se ponderas sua OBRA, veras lagrimas em meus olhos.

Que posso dizer dos que colhem o que nao semearam??

Ate o proximo encontro!

Iriene Borges disse...

rsrsrs

Anônimo disse...

que coisa, não!?!?