Troya fue la primera vagina que se transmutó en ciudad y Yo el general fracasado que la perdió. Abrí la ciudadela de carne y my little pony se convirtió en yegua viciosa que ensanchó el sacro agujero al que entregué mi devoción.
Para expiar mis culpas, me volví Ixión El Pajero. Con mi dolor engendré monstruos sabios, pese a ello, sigo llorando por el semen ajeno que me persigue con la ferocidad de un jinete escita.
He vuelto a escapar, pero mis brazos cargan con la prostituida arqueología de Alejandría, como un Sísifo de algodón que lucha en vano contra la piedra que lo condena.
Fernando Escobar Páez
http://missoginia.wordpress.com/
Um comentário:
muchissimo hermoso su poema!
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